Uno de los trabajos del cual nos sentimos más orgullosos fue el que participamos para impulsar el turismo en Puerto Vallarta. El reto que enfrentábamos como diseñadores era complejo, la imagen no solo del destino sino del país a nivel global no era la mejor. Situaciones económicas, sociales y de delincuencia impedían que viajeros de todo el mundo se dieran la oportunidad de visitar las playas, las montañas, la comida y sobre todo, la cálida gente que radica en este hermoso destino.
Este reto nos impulsó a llevar nuestra creatividad al límite y más allá. El objetivo era lograr que incrementara la afluencia y economía del sector turístico (la facturación anual de visitantes al destino), midiendo por supuesto esto con herramientas de trackeo y medición propias del marketing digital.
Bajo este contexto ayudamos a generar artes promocionales e identificadores, así como estrategias y soluciones inteligentes para poder atraer la atención de nuestro mercado potencial y que, sobre todo, tuvieran sinergia con los esfuerzos de marketing, networking y branding que realizaba el gobierno para reposicionar este destino.
Una de las soluciones que se implementó a nivel creativo fue reflejar en los artes situaciones, contextos y acciones donde nuestro target se sintiera identificado o bien, que la emotividad y carga sentimental fuera tal que despertara en ellos una emoción de deseo.
Creamos algunos artes de personas pasándolo muy bien en familia, creando nuevos recuerdos, en actividades extremas, divertidas, amorosas y emocionales. Por supuesto, todas estas acciones estaban dentro de un contexto de atractivos turísticos con los que cuenta el destino.
Es de vital importancia el “humanizar” una marca, pues al final del día nuestros consumidores son eso precisamente, seres humanos que buscan amar, reír, llorar, emocionarse y sentir que su vida (y sus vacaciones) son tan memorables como relevantes.
El foco nunca estuvo en publicitar que Puerto Vallarta tiene mar, sino en impulsar lo hermoso que sería pedirle matrimonio a tu pareja con los hermosos atardeceres en Vallarta, a la orilla del mar. ¿A que suena interesante verdad? ¿No es acaso lo que pensaste?
Tenemos que reconocer que esta solución creativa fue producto de una grata sorpresa. Nos econtrábamos buscando una manera de hacer llegar el destino a nuestro cliente potencial, el cual era principalmente extranjero. En alguna de las reuniones estratégicas que tuvimos, sugerimos aplicar el viejo dicho “Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma”.
Y así fue. Comenzamos a crear artes promocionales que colocaran elementos tropicales y distintivos de Puerto Vallarta en la realidad y cotidianidad de nuestro target. Resulta muy interesante encontrar la Torre Eiffel con un paisaje playero. Y precisamente eso fue lo que concluyó nuestro público.
Gracias a esta estrategia de la cual fuimos parte, el número de visitas al sitio web del destino (donde previamente habíamos trabajado en generar un motor de reservación) se disparó.
Esto nos brindó una valiosa conclusión. Todos somos consumidores, y por ello, todos vivimos una cotidianidad al momento de ir a nuestro trabajo, escuela, etc. El hecho de ver una imagen de un elemento de nuestra realidad como un monumento, edificio o calle representativa, dentro de un contexto aspiracional genera dos cosas: definitivamente nos hace voltear a prestar atención y nos hace volver a enamorarnos de este elemento que por el mismo día a día pierde su encanto.
El hecho de que una marca interactúe con la realidad de las personas es lo que la vuelve parte de las mismas.
Ahora, no solo se trata de ser creativos y emocionales, también se trata de ser estratégicos y analíticos. Parte de nuestro éxito como agencia se lo debemos a que tomamos el tiempo necesario para planear, analizar y sustentar cada elemento gráfico que realizamos, por muy simple que este sea. Esto beneficia no solo para optimizar costos, también ayuda a que todos los esfuerzos realizados puedan ser medibles y que comprueben, o no, hipótesis que generen información de valor enfocada en los resultados.
Es de vital importancia para la colaboración con diversos equipos de trabajo el poder planear estratégicamente los artes, los anuncios y todas las tareas asignadas, ya que esto permitirá a tu equipo interno y externo no duplicar esfuerzos, consolidar procesos de feedback y análisis, redirigiendo y optimizando el camino que está siguiendo el proyecto en generar los resultados deseados.
Finalmente, algo de lo cual nos sentimos particularmente orgullosos y creemos que es uno de los principales diferenciadores del destino fue la participación de los lugareños y los hoteles, restaurantes y negocios que reciben a los turistas. De nada hubiera servido traer al mundo a Puerto Vallarta si su gente, procesos y branding interno no tuviera cohesión con la publicidad.
Se generaron mesas de debate, entrenamientos internos, sesiones de branding interno y juntas de trabajo con el sector turístico para que todos los elementos que integran al destino estuvieran en sinergia con la Estrategia de Marca y con los esfuerzos publicitarios.
Y este, precisamente, es uno de los principales diferenciadores que tiene el destino. Su gente, su cultura su pueblo. Puerto Vallarta es un destino donde las personas te reciben de una manera muy calurosa, casi familiar. Es un destino donde siempre encontrarás una sonrisa, un amigo, un acompañante de fiesta, etc.
Los turistas encontraron lo que los artes promocionales habían prometido. Experiencias emocionantes, momentos mágicos, una manera nueva de ver su presente y su realidad, un pueblo lleno de sonrisas y amistad. Encontraron eso y se maravillaron con todo lo que descubrieron. Se asombraron con todo lo intangible que un arte o un anuncio no puede decir.
Vamos a conocernos, queremos saber más sobre tu proyecto e ideas para identificar tus necesidades y resolver tus problemas de comunicación.
Puerto Vallarta, Jalisco, México
Teléfono: (322) 230 1445.